jueves, 22 de abril de 2010

Resiliencia




lunes, 5 de abril de 2010

SILENCIO


Cuando dos o más personas se reúnen en nombre del silencio
están despertando el alma de la soledad.
Ensueño sin final, sin esperanza:
El corazón está en busca de lo que encuentra, simpleza de la inocencia,
océano de la mirada que en luz se anega, paraíso inesperado que se entrega al inminente instante que a sí mismo se da muerte, que a sí mismo se da vida. Sin final
Selva Bruna.
El poder del amor. P. 72
Silencio

Hay una fiesta de silencio cuando escuchamos nuestra propia voz interior. No se puede hablar del silencio, es ese estado en el que las palabras se hacen estrechas para expresar el verdadero sentir.

Contemplar, amar, extasiarse, una fiesta del cielo cuando una persona se encuentra consigo misma en el silencio, en el postludio del pensamiento, en el hallazgo de dos, camino a ser uno.

Hay silencio en el canto profundo de la ausencia llena de presencias hermosas y de cantíos lejanos de los paisajes de la infancia, hay también silencio en el recuerdo de otros tiempos, de otros espacios, de lugares que nunca se visitaron y que siempre estuvieron presentes en la mente y en el corazón.

Hay silencios en el amor y en el dolor, en la oración que cesa con el verdadero encuentro del ser con el Ser.
No hay ejercicios de silencio, el silencio no es una técnica, es un estado de conciencia en el que cesa toda actividad superficial.

El silencio conecta con lo profundo y desde el mero centro del ser, emerge la esencia universal de la cual emana, suave y dulcemente convergen los sentimientos de unión y de absoluto.

En el silencio se forja la comunión, se crean las verdades y se convierten en probabilidades, factibilidades, que luego la mente racional y la capacidad de acción las transforman en hechos concretos.

Vamos entonces a buscar al éxito en el silencio, en el centro del huracán, en el núcleo de la presencia eterna, en la vivencia íntima de la contemplación plena.

Después de cada ejercicio relacionado con alguna de las dimensiones del éxito, busca un espacio para que tu ser goce del silencio, entonces llegarás a beber de la misma fuente de la cual brota el milagro de la vida

Allí todo es posible...



Una meditación para sentir el silencio:



El silencio se expande como una esfera creciente,
en todas direcciones
y hacia todas partes.
Mi silencio se difunde como las ondas sonoras de la radio
hacia arriba, hacia abajo
a la derecha, a la izquierda
hacia adentro, hacia afuera y por doquier.
Mi silencio desparrama el fuego del inefable gozo,
consumiendo los breñales de la tristeza
y los robles caducos de la vanidad y del orgullo.
Mi silencio, como el éter, todo lo penetra
y lleva todos los cantos de la tierra
de los átomos y de las estrellas,
hasta SU infinita mansión( )
( )Paramahansa Yogananda, Meditaciones Metafísicas p. 18 Ediciones Kier, Buenos Aires, 1961